El ácido hialurónico es una sustancia producida de manera natural por nuestro organismo, presente principalmente en las partes más externas de la piel y en las articulaciones.

Con el paso del tiempo, el ácido hialurónico que poseemos en la dermis se va perdiendo, reflejándose externamente con la aparición de arrugas y la pérdida del contorno del rostro. Para disminuir su pérdida progresiva es posible aportar de forma externa  ácido hialurónico mediante microinyecciones en dermis. Este aporte permite hidratar la piel, reponer el volumen perdido, resolver asimetrías y eliminar las arrugas de una forma sencilla y discreta.

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En la actualidad, los rellenos faciales con ácido hialurónico son de los más demandados en tratamientos de medicina estética.

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El ácido hialurónico mejora la elasticidad de la piel, aumenta su nivel de hidratación debido a su capacidad para retener agua, actuando sobre los tejidos de la epidermis y sobre otros más duros como articulaciones o cartílagos.

Las zonas más comunes donde se aplica el ácido hialurónico en medicina estética es en labios, pómulos, ojeras, mentón y el surco nasogeniano. Los resultados son naturales y prácticamente imperceptibles.

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¿Cómo es la aplicación?

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Tras estudiar el área a tratar, se aplica una crema anestésica que se dejará actuar durante 30 – 45 minutos. Se aplica el ácido hialurónico mediante micro-inyecciones y el procedimiento suele durar un intervalo de tiempo de 15 – 30 minutos.

El paciente puede continuar con su actividad normal inmediatamente después de la aplicación y a las pocas horas ya se puede maquillar. Si apareciera algún hematoma, que es normal, se pueden aplicar cremas tipo árnica o Trombocid.

La característica del ácido hialurónico que más suele gustar es que su efecto es inmediato. En cuanto a la duración del efecto hablamos de tiempos entre 6 y 18 meses, dependiendo de la densidad del producto, la zona de aplicación y el metabolismo de cada paciente.